En el mundo del diseño web, es común encontrar que los términos UX (User Experience) y UI (User Interface) se utilizan indistintamente. Sin embargo, comprender las diferencias entre ambos es fundamental para crear sitios web eficaces, agradables y funcionales. Este artículo explora las claves que diferencian estas dos disciplinas complementarias, fundamentales para cualquier proyecto digital exitoso.
¿Qué es UX?
UX, o experiencia de usuario, se refiere a la sensación general que tiene una persona al interactuar con un sitio web o una aplicación. Abarca aspectos como la facilidad de uso, la navegación intuitiva, la accesibilidad, y la satisfacción general del usuario al alcanzar su objetivo.
La UX se centra en responder preguntas como:
- ¿Es fácil encontrar lo que se busca?
- ¿El usuario logra completar su tarea sin frustraciones?
- ¿El recorrido del usuario es lógico y fluido?
Un buen diseñador UX realiza investigaciones de usuarios, pruebas de usabilidad, entrevistas, mapas de empatía, y wireframes antes de pensar en colores o tipografías.
¿Y qué es UI?
La UI, o interfaz de usuario, se refiere al aspecto visual e interactivo de un sitio web: botones, menús, colores, tipografías, animaciones y todo lo que compone el diseño estético y funcional de la interfaz.
Mientras que UX busca la mejor experiencia, UI se encarga de que esa experiencia sea atractiva, intuitiva y coherente visualmente.
Diferencias clave
- Enfoque: UX se enfoca en la experiencia, mientras que UI se enfoca en la apariencia.
- Proceso: UX implica investigación y estrategia; UI implica diseño visual y guías de estilo.
- Herramientas: UX usa wireframes, mapas de flujo, prototipos funcionales; UI usa herramientas como Figma, Sketch o Adobe XD para diseños finales.
Ejemplo práctico
Imagina una tienda online. Un buen UX garantiza que el proceso de compra sea fluido, con pocos pasos y sin errores. El UI se asegura de que los botones de «comprar» sean visibles, atractivos y que el diseño sea coherente con la marca.
Conclusión
UX y UI son disciplinas diferentes pero interdependientes. Una sin la otra puede provocar una experiencia fallida o poco atractiva. Para un diseñador web, dominar ambas o saber colaborar con expertos en cada área es esencial para crear productos digitales eficaces. Comprender estas diferencias no solo mejora la calidad de los sitios web, sino que también aumenta la satisfacción del usuario y, en consecuencia, los resultados del negocio.